En la selva intensa de Horacio Quiroga la luz penetra con dificultad porque la oscuridad del dolor impide ver el horizonte. Es la pasión de un explorador que abre caminos porque no cede, sin desesperar ante los resultados aún más trágicos. “El cuento es una máquina narrativa destinada a cumplir su misión con la máxima economía de medios posibles” expresaba Edgar Allan Poe (1809-1849), quien fue uno de los maestros inspiradores más importantes del escritor rioplatense; y vaya si Horacio Quiroga lo ha logrado en estos quince Cuentos de amor de locura y de muerte.