La idea detrás de esta divertida trilogía –que se completa con las obras Drácula va al dentista y A Frankenstein le falta un tornillo- es que los chicos puedan depositar los temores, los rechazos y las luchas de cada uno en personajes ficticios pero contundentes que deben lidiar con los mismos problemas sin perder su fortaleza. Los monstruos tienen que seguir siendo monstruos, a pesar de los miedos. Con humor macabro, juegos y, por supuesto, miedos, esta “monstruología” llegó para divertir y ayudar a los chicos a enfrentar sus temores. Recomendado para niños a partir de 6 años.