Como docentes, estamos capacitados para formar a los adolescentes en la llamada educación sexual, porque hemos estudiado materias biológicas, filosóficas, psicológicas y pedagógicas, que nos han dado las bases para seguir perfeccionándonos en este tema. Como educadores no podemos quedarnos al borde del camino, mientras nuestros chicos continúan andando solos. Tenemos que salir a caminar con ellos, con el instrumental disponible, tanto intelectual como emocional, para acompañar sus marchas y contramarchas. Nadie nos dio a elegir entre nuestra sociedad o ésta que parece no tener límites, cuando de violencia o de sexo se trata. Nos ha tocado protagonizar este momento histórico que suscita estos desafíos. ¡Qué se le va hacer! ¡Por algo será, decía mi abuela! El día de hoy nos llama a desarrollar otras tareas, con el sueño de lograr urgentes libertades.